DIA 3
Hoy ha amanecido radiante,
pero frio, con bastante aire y me he decidido por ir cerca de la ciudad de
Brest. Esta ciudad está dentro de una bahía que casi cierra la punta de una península
que precisamente es la que se llama “punta de los españoles” cuando he llegado
el enorme parking que seguramente en verano está a rebosar estaba vacío. No he
podido acercarme al principio de la punta porque había muchos militares y no me
han dejado. Se les veía contritos así que algo no muy bueno debía de estar
pasando. Solo he sacado unas fotitos y me he marchado corriendo. Os voy a
contar de donde le viene su nombre a esta punta.
En la primavera del año 1524,
12 enormes buques cargados de españoles que estaban patrocinados por “La Liga”,
un partido ultraderechista y católico que se oponía a Enrique IV, protestante,
que a su vez estaba patrocinado por los
ingleses, desembarcaron en la península
de Quélern, y con la ayuda de los habitantes de la localidad, construyeron un
fuerte triangular en la parte mas alta de esta punta. Por entonces, en representación
del monarca francés, gobernaba Brest el Marqués de Sourdéac, que viendo lo que
se le venía encima pidió refuerzos al Mariscal D’ Aumont,
Gobernador de Bretaña. El 15 de octubre de ese mismo año llegaron 3.000
franceses, 2.000 ingleses, 300 arcabuceros a caballo y 400 gentilhombres, o
soldados de a pie, para contener el ataque a Brest del fuerte, en el cual había
400 españoles con cañones. A pesar de que, dada la dureza del suelo, no habían
podido cavar profundo los fosos, enfermedades que surgieron y la fuerza de los
españoles, no fue sino hasta el 18 de noviembre en el último ataque
consiguieron arrasar el fuerte quedando vivos solo 13 españoles, 9 de los
cuales estaban heridos y 4 se habían escondido. Sourdeac destruyó totalmente el
fuerte y es a partir de esa batalla que esta punta se llama “La pointe des
Espagnols”.
Después, pasé por otra punta.
Esta se llama “punta de los capuchos”, pero son todos campos militares.
Se me había hecho un poco
tarde para comer pero conseguí llegando a Camaret, comerme unos mejillones
marinera buenísimos.
Camaret-s-mer, es un pueblo
pequeño, intuyo que exclusivamente pescador, pero tiene varias cosa monas.
La Torre dorada o Torre de
Bauvan.
Quién me siga en otros viajes
recordará que cuando estuve el l’Ile de Ré, hablé bastante de Sébastien Le
Prestre, Marqués de Vauban. Gran ingeniero que concibió unos fuertes y
ciudadelas con forma de estrella normalmente pentagonal, que por su
construcción eran prácticamente inexpugnables.
La Torre Vauban, erigida en
el siglo XVII por el famoso ingeniero militar de Luís XIV, formaba parte del
complejo estratégico destinado a defender la bahía de Brest. Se trata de una
torre octogonal de tres plantas, de 18 m de altura y pieza maestra de esta obra
defensiva. El complejo, rodeado por un foso, posee también un cuerpo
de
guardia, una batería con capacidad para 11 cañones y un horno de balas de
cañón. Se accede por un puente levadizo. En 1694, cuando aún estaba en
construcción, la torre demostró su eficacia al rechazar el envite de la flota
inglesa. Camaret es el único lugar que ha contado con la presencia de Vauvan
durante una batalla. Desde 2008, la Torre Vauban está declarada Patrimonio
Mundial de la Humanidad, juntamente con doce emplazamientos defensivos más
concebidos por el mismo arquitecto, y que ya mencioné en otro viaje.
Desgraciadamente esta en reparación y no se puede visitar.
Hay otro edificio que a mi me
gustó mucho. Es una iglesia y se llama Notre Dame de Rocamadour.
La ermita actual fue
construida entre 1610 y 1683 en piedra amarilla de Logonna .En la pared izquierda de la entrada
hay unas inscripciones en el granito negro que dice que hubo una capilla
construida en 1527. Varios documentos muestran una presencia mucho antes de una
capilla en el año 1373 e incluso en 1183, cuando la capilla 
fue fundada en
honor de Nuestra Señora de Rocamadour. A su regreso de una peregrinación a
Rocamadour, el abad Daoulas mandó
construir esta capilla para permitir que los peregrinos nórdicos en el camino
de vuelta, descansaran en Camaret.
Una leyenda dice que el
campanario fue decapitado por una bala de cañón en la batalla de Trez Rouz en
1694 y "Notre Dame de Rocamadour" devolvió la bala que hundió el barco culpable. 
Dentro de la capilla se puede
ver estos magníficos barcos techo suspendido de madera. La puerta principal es
de estilo gótico.
Camaret no es demasiado
grande pero tiene hasta unos lineamientos, que personalmente casi me gustan más
que los de Carnac. Están en un sitio comodo y se ven muy bien. Se laman
Alineamientos de Lagatjar, que como podréis ver en la foto, están pegados a las
casas.
De ahí fui a la Punta de
Penhir. Es impresionante, ya que esta punta
está compuesta de grandes y altos
acantilados, y encima y dominando el mar hay unas ruinas imponentes.
Las ruinas du ”Manoir de
Boultous”
En 1904, el poeta
Saint-Pol-Roux, que había intentado sin éxito desde 1898 establecerse en
Camaret-sur-Mer, compra una casa de
pescadores sobre la playa de Pen-Had, en lo alto de los acantilados. La
residencia,
transformada, se convierte en el señorío de Boultous, lo que
significa rape en bretón. El prestigio del poeta en los círculos parisinos
atrae cada verano a Camaret-sur-Mer una colonia de artistas: André Breton, Max
Jacob, Georges Victor Segalen o Ancey. El subprefecto de Chateaulin, Jean
Moulin, se hace amigo de Saint-Pol-Roux en 1930. En junio de 1940, la península
fue
invadida por el ejército alemán. Los soldados hieren al poeta y a su hija,
Divina, y matar a la criada. A pesar de las zonas que estaban tapadas y ocultas,
la casa fue saqueada el 03 de octubre de
1940, y todas las obras de la artista destruidas. Él murió del disgusto el 18
de octubre de 1940. Su tumba está en el cementerio de Camaret-sur-Mer.
Cuando volvía hacia el hotel,
me fui parando para hacer fotos, sobretodo de campanarios de iglesias, que en
esta zona son casi idénticos.
DIA 4
Hoy ha sido un día mucho más
flojo, más que nada por la lluvia que ha caído pertinazmente durante todo el
tiempo.
A pesar de todo he llegado
hasta Concarneau, pero antes hay más.
A primera hora he ido a
Kernascléden. No hay demasiadas cosas para ver. Tiene una bonita iglesia con un
cruceiro fuera, todo fabricado en un tipo de granito con musgo que queda
realmente bien. Casi todas las iglesitas bretonas
están igualmente construidas.
De estilo gótico con un campanario de aguja. También hay una antigua fuente,
“Fuente de Notre dame” y un pozo antiguo con su brocal, que está prácticamente
en la carretera.
Después he llegado a
Concarneau. He comido en una terraza con calefacción y después me he dado una
vuelta por el pueblo. Y todo el rato digo he y no hemos, porque Tina se ha
quedado en el coche ya que ha llovido
copiosamente pero muy finito durante todo
el día.
Mirando hacia el puerto desde
la orilla se ve una especie de fuerte con entrada y una torre con un reloj,
pero no te prepara para ver la ciudad amurallada que se esconde dentro. Es la
ciudad antigua de Concarnau, completamente fortificada, con varias calles y
muchas tiendas. También
esta la iglesia de Saint Guénolé. Esta iglesia que, hoy
abandonada, fue construida en 1830, cuando la anterior que data del siglo XV
estaba en mal estado y quedó totalmente en ruinas a principios del siglo XX.
Esta segunda iglesia fue muy criticada por su arquitectura y en 1937 pasó a ser
un hospicio de ancianos hasta los años 80, cuando la desmantelaron.
La siguiente parada fué el Chateau de Keriolet. No tengo palabras. Es imposible describir el aspecto,
por eso he hecho fotos. De verdad si alguna vez os hacéis un castillo que nunca
sea como este. Perteneció a una princesa rusa Zenaide Marischkine y al
Conde de
Chauveau. El inicio de este castillo fue en el siglo XV, pero los dos
anteriores lo transformaron en el siglo XIX en esta locura neogótica.
Posteriormente lo compró otro ruso, el Príncipe Félix Youssoupov,
asesino de Raspoutin.
El final fue el pueblo de
Fuesnant. Si comparamos la iglesia con el pueblo, es
casi más grande la primera
que el segundo. Es muy bonita y también tien un antiguo puerto tranquilo y
bucólico.
Ya solo me queda despedirme y
agradecer a todo el equipo humano del Chateau de Locguénolé, que hicieron de
nuevo, que me encontrara como en casa junto con Tina, el cariño con el que me
trataron y por supuesto
mis mas encarecidas gracias a “La Dame du Chateau”, que
consiguió que mis tardes fueran unos momentos inolvidables.
De verdad, muchas gracias.
Je vous remercie de tout mon coeur.
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VIEJO PUERTO DE FUESNANT
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