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martes, 4 de diciembre de 2012

OTOÑO EN LOCGUÉDOLÉ 2


DIA 3 
Hoy ha amanecido radiante, pero frio, con bastante aire y me he decidido por ir cerca de la ciudad de Brest. Esta ciudad está dentro de una bahía que casi cierra la punta de una península que precisamente es la que se llama “punta de los españoles” cuando he llegado el enorme parking que seguramente en verano está a rebosar estaba vacío. No he podido acercarme al principio de la punta porque había muchos militares y no me han dejado. Se les veía contritos así que algo no muy bueno debía de estar pasando. Solo he sacado unas fotitos y me he marchado corriendo. Os voy a contar de donde le viene su nombre a esta punta.
En la primavera del año 1524, 12 enormes buques cargados de españoles que estaban patrocinados por “La Liga”, un partido ultraderechista y católico que se oponía a Enrique IV, protestante, que a su vez estaba patrocinado por los
ingleses, desembarcaron en la península de Quélern, y con la ayuda de los habitantes de la localidad, construyeron un fuerte triangular en la parte mas alta de esta punta. Por entonces, en representación del monarca francés, gobernaba Brest el Marqués de Sourdéac, que viendo lo que se le venía encima pidió refuerzos al Mariscal D’ Aumont,  Gobernador de Bretaña. El 15 de octubre de ese mismo año llegaron 3.000 franceses, 2.000 ingleses, 300 arcabuceros a caballo y 400 gentilhombres, o soldados de a pie, para contener el ataque a Brest del fuerte, en el cual había 400 españoles con cañones. A pesar de que, dada la dureza del suelo, no habían podido cavar profundo los fosos, enfermedades que surgieron y la fuerza de los españoles, no fue sino hasta el 18 de noviembre en el último ataque consiguieron arrasar el fuerte quedando vivos solo 13 españoles, 9 de los cuales estaban heridos y 4 se habían escondido. Sourdeac destruyó totalmente el fuerte y es a partir de esa batalla que esta punta se llama “La pointe des Espagnols”.
Después, pasé por otra punta. Esta se llama “punta de los capuchos”, pero son todos campos militares.
Se me había hecho un poco tarde para comer pero conseguí llegando a Camaret, comerme unos mejillones marinera buenísimos.
Camaret-s-mer, es un pueblo pequeño, intuyo que exclusivamente pescador, pero tiene varias cosa monas.
La Torre dorada o Torre de Bauvan.
Quién me siga en otros viajes recordará que cuando estuve el l’Ile de Ré, hablé bastante de Sébastien Le Prestre, Marqués de Vauban. Gran ingeniero que concibió unos fuertes y ciudadelas con forma de estrella normalmente pentagonal, que por su construcción eran prácticamente inexpugnables.
La Torre Vauban, erigida en el siglo XVII por el famoso ingeniero militar de Luís XIV, formaba parte del complejo estratégico destinado a defender la bahía de Brest. Se trata de una torre octogonal de tres plantas, de 18 m de altura y pieza maestra de esta obra defensiva. El complejo, rodeado por un foso, posee también un cuerpo de guardia, una batería con capacidad para 11 cañones y un horno de balas de cañón. Se accede por un puente levadizo. En 1694, cuando aún estaba en construcción, la torre demostró su eficacia al rechazar el envite de la flota inglesa. Camaret es el único lugar que ha contado con la presencia de Vauvan durante una batalla. Desde 2008, la Torre Vauban está declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad, juntamente con doce emplazamientos defensivos más concebidos por el mismo arquitecto, y que ya mencioné en otro viaje. Desgraciadamente esta en reparación y no se puede visitar.
Hay otro edificio que a mi me gustó mucho. Es una iglesia y se llama Notre Dame de Rocamadour.
La ermita actual fue construida entre 1610 y 1683 en piedra amarilla de  Logonna .En la pared izquierda de la entrada hay unas inscripciones en el granito negro que dice que hubo una capilla construida en 1527. Varios documentos muestran una presencia mucho antes de una capilla en el año 1373 e incluso en 1183, cuando la capilla 
fue fundada en honor de Nuestra Señora de Rocamadour. A su regreso de una peregrinación a Rocamadour, el abad  Daoulas mandó construir esta capilla para permitir que los peregrinos nórdicos en el camino de vuelta, descansaran en Camaret.
Una leyenda dice que el campanario fue decapitado por una bala de cañón en la batalla de Trez Rouz en 1694 y "Notre Dame de Rocamadour" devolvió la bala que  hundió el barco culpable.
Dentro de la capilla se puede ver estos magníficos barcos techo suspendido de madera. La puerta principal es de estilo gótico.
Camaret no es demasiado grande pero tiene hasta unos lineamientos, que personalmente casi me gustan más que los de Carnac. Están en un sitio comodo y se ven muy bien. Se laman Alineamientos de Lagatjar, que como podréis ver en la foto, están pegados a las casas.
De ahí fui a la Punta de Penhir. Es impresionante, ya que esta punta
está compuesta de grandes y altos acantilados, y encima y dominando el mar hay unas ruinas imponentes.
Las ruinas du ”Manoir de Boultous”
En 1904, el poeta Saint-Pol-Roux, que había intentado sin éxito desde 1898 establecerse en Camaret-sur-Mer, compra  una casa de pescadores sobre la playa de Pen-Had, en lo alto de los acantilados. La residencia,
transformada, se convierte en el señorío de Boultous, lo que significa rape en bretón. El prestigio del poeta en los círculos parisinos atrae cada verano a Camaret-sur-Mer una colonia de artistas: André Breton, Max Jacob, Georges Victor Segalen o Ancey. El subprefecto de Chateaulin, Jean Moulin, se hace amigo de Saint-Pol-Roux en 1930. En junio de 1940, la península fue
invadida por el ejército alemán. Los soldados hieren al poeta y a su hija, Divina, y matar a la criada. A pesar de las zonas que estaban tapadas y ocultas, la casa fue saqueada  el 03 de octubre de 1940, y todas las obras de la artista destruidas. Él murió del disgusto el 18 de octubre de 1940. Su tumba está en el cementerio de Camaret-sur-Mer. 
Cuando volvía hacia el hotel, me fui parando para hacer fotos, sobretodo de campanarios de iglesias, que en esta zona son casi idénticos.   
DIA 4
Hoy ha sido un día mucho más flojo, más que nada por la lluvia que ha caído pertinazmente durante todo el tiempo.
A pesar de todo he llegado hasta Concarneau, pero antes hay más.
A primera hora he ido a Kernascléden. No hay demasiadas cosas para ver. Tiene una bonita iglesia con un cruceiro fuera, todo fabricado en un tipo de granito con musgo que queda realmente bien. Casi todas las iglesitas bretonas
están igualmente construidas. De estilo gótico con un campanario de aguja. También hay una antigua fuente, “Fuente de Notre dame” y un pozo antiguo con su brocal, que está prácticamente en la carretera.
Después he llegado a Concarneau. He comido en una terraza con calefacción y después me he dado una vuelta por el pueblo. Y todo el rato digo he y no hemos, porque Tina se ha quedado en el coche ya que ha llovido copiosamente pero muy finito durante todo el día.
Mirando hacia el puerto desde la orilla se ve una especie de fuerte con entrada y una torre con un reloj, pero no te prepara para ver la ciudad amurallada que se esconde dentro. Es la ciudad antigua de Concarnau, completamente fortificada, con varias calles y muchas tiendas. También
esta la iglesia de Saint Guénolé. Esta iglesia que, hoy abandonada, fue construida en 1830, cuando la anterior que data del siglo XV estaba en mal estado y quedó totalmente en ruinas a principios del siglo XX. Esta segunda iglesia fue muy criticada por su arquitectura y en 1937 pasó a ser un hospicio de ancianos hasta los años 80, cuando la desmantelaron.
La siguiente parada fué el Chateau de Keriolet. No tengo palabras. Es imposible describir el aspecto, por eso he hecho fotos. De verdad si alguna vez os hacéis un castillo que nunca sea como este. Perteneció a una princesa rusa Zenaide Marischkine y al
Conde de Chauveau. El inicio de este castillo fue en el siglo XV, pero los dos anteriores lo transformaron en el siglo XIX en esta locura neogótica.
Posteriormente  lo compró otro ruso, el Príncipe Félix Youssoupov, asesino de Raspoutin.
El final fue el pueblo de Fuesnant. Si comparamos la iglesia con el pueblo, es
     casi más grande la primera que el segundo. Es muy bonita y también tien un antiguo puerto tranquilo y bucólico.
Ya solo me queda despedirme y agradecer a todo el equipo humano del Chateau de Locguénolé, que hicieron de nuevo, que me encontrara como en casa junto con Tina, el cariño con el que me trataron y por supuesto
mis mas encarecidas gracias a “La Dame du Chateau”, que consiguió que mis tardes fueran unos momentos inolvidables.
De verdad, muchas gracias.
Je vous remercie de tout mon coeur.

VIEJO PUERTO DE FUESNANT
 
 

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